Inmortal

Tiembla la tierra bajo el sonido de mis pasos:
no me siento poeta, pero hablo en poesía.
La fiebre que cubre mi fatigada cabeza
y calienta mis venas y mi descanso,
me cuenta que vino arrebatarme la vida.
Arrebatármela de un plumazo.
El sueño ronda por mi cama y sus esquinas,
pero no cerraré los ojos:
que hable mi alma perdida
y calle mi eterno lamento.
Como armas, una mano que me guía
por un camino blanco y desnudo,
que lleva por nombre inmortalidad.
La escucho como solo escucha un sordo.
Le hablo como puede hablar un mudo.
Y manca, la sujeto como sujeta la fragilidad.
Tiembla la tierra bajo el sonido de mis pasos:
quizás no sea poeta, pero un día fui poesía.
1 comentarios:
Tb eres lo que hace que determinadas plumas sangren tinta en folios, que ciertos dedos besen ciertas teclas. tú, nena, lo eres todo. Y algo dijo Becquer al respecto de mientras haya poesía...
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