Guerra de modas

Hablar del amor eterno no está de moda. Quise escribir un poema de amor y me salio esto. Un texto que ni rima ni ama. Ahora está de moda el odio. Las guerras, los insultos, las peleas, el abuso, el maltrato. ¿Quién quiere una historia de amor? Nadie. Esas solo saben aburrir. Ahora lo que importa es esos papelitos que llaman dinero, o mejor dicho, money. Money, money... solo se habla de money. ¡Hasta se escriben historias de amor por money, por anecdótico que parezca! Por eso me digo gilipollas todos los días. Porque una vez quise enamorarme. ¡Enamorarme en un mundo donde el amor no está de moda! ¡Ay! Que cabeza la mía... siempre en las nubes... la escritora fantástica. Ya me lo dijo mi madre, ya, que pusiera los pies en la tierra. A buena hora me acuerdo de sus sutiles palabras. Ahora tengo que vivir condenada al eterno desengaño. Que ya lo sé, ya... que el amor no existe, que pasó de moda. Pero, ¿ahora que puedo hacer?
¡Maldito mundo! Que un día cegó mi mirada con su sol resplandeciente. Y me enamoró con su arco iris de sensaciones. Porque ahora soy presa de su hechizo. Y estoy enamorada de una tierra perdida. De un paisaje a punto de quebrarse. De una vida que ni siquiera me pertenece.
Que suerte la mía. Ya podría haber sido soldado de un ejército de miedos, o víctima de un atentado de desesperación. Pero me tocó ser reportera de una guerra de modas, donde el amor, mi bando, tiene todas las de perder.